La verdad es que tenía otro post programado para hoy, pero la semana pasada por coincidencias de la vida, tuve un par de conversaciones de WhatsApp y en persona con gente que me importa mucho sobre el cambio de chip que debemos hacer si queremos empezar a vivir la vida que realmente queremos y me ha parecido que este tema merecía un post de reflexión.
Antes de que empieces a leer te advierto que si eres de las que no quieren cambiar su vida, que te conformas con lo que tienes aunque no te guste, este artículo no te va a gustar.
Cómo ya sabéis, ahora mismo vivo en Londres y creo que el venirme a vivir aquí fue la decisión que cambió todo, es más, creo que en realidad fue antes: Todo cambió el día que mi marido y yo abrimos los ojos al mundo que nos rodeaba y vimos que si queríamos podíamos cambiar nuestras vidas. Ese día, un año antes de finalmente emigrar, fue el que nos hizo cambiar de mentalidad para emprender una nueva aventura vital.
A lo mejor para ti no tiene sentido que compare el hecho de decidir emigrar con decidir emprender, pero si te lo paras a pensar, realmente los dos actos son cuestión de cambiar de mentalidad y pensar que si otros han podido tu también puedes. Si otros viven mejor ¿por qué tu no ibas a poder? y si otros se levantan cada lunes pensando que ir a trabajar no está tan mal ya que se pueden dedicar a lo que quieren y como quieren, no tiene sentido pensar que tú no podrías hacer lo mismo.
Te lo repito por que creo que esta frase debería ser el mantra de toda emprendedora:
Tú también puedes.
El problema es que luchar por tus sueños está mal visto, pero por que los demás tienen demasiado miedo para siquiera intentarlo.
Y lo siento de verdad si a alguien le ofende esta afirmación, pero es lo que veo día a día, gente que a lo mejor sin darse cuenta (quiero ser bien pensada), intenta encadenarte a lugares y trabajos que no te aportan lo que tu necesitas, que no te hacen feliz.
Gente que cuando les dices que quieres cambiar de vida te dice: «¿Cómo vas a dejar ese sueldo fijo? ¿estás loca?» o «Anda, anda, que todos tenemos días malos en el trabajo, quítate esas ideas de la cabeza que ya no eres una niña.»
Creo que la culpa es de la educación, nos han enseñado que lo normal es trabajar aunque no te haga feliz e intentar disfrutar de tus 4 semanas de vacaciones al año y si eres de las que tiene horario de oficina, que suerte que además disfrutarás de los fines de semana, para el lunes volver al redil con la sensación de ir directa al matadero.
Pero ¿Por dónde empezar para crear ese cambio? Son tantas las preocupaciones ¿verdad?
Alguien que me ayudó mucho hace tiempo me dijo que «Preocuparse» por algo es el acto que va antes de poder «ocuparse» de ese algo, por lo que debía dejar de anticiparme. Por que ese miedo al qué vendrá, qué será, qué pasará… es lo que en realidad te ciega y no te deja ver las «ocupaciones» reales que tienes ante ti en este momento.
Así que deja de preocuparte y empieza a ocuparte, verás como estás mucho más centrada y eres mucho más efectiva en todo lo que te propongas.
Y te lo digo por experiencia, cuando nos propusimos emigrar todo eran dudas de lo que tendríamos que hacer nada más llegar a UK, pero ¿sabes qué? Hasta que no llegáramos no íbamos a poder hacer nada, así que simplemente empezamos a encargarnos de todo lo que estaba en nuestra mano, hice una lista de cosas y empecé a priorizar. Fui paso a paso y sin darnos cuenta llegó el día en que nos montamos en el barco que nos trajo hasta esta isla y todo estaba listo y organizado.
Lo único difícil de ese día fue despedirme de mi familia. Lo demás fue todo rodado y cada vez que aparecía una duda o un obstáculo en el camino, buscábamos la mejor forma de ocuparnos de ello, nos adaptábamos y actualmente, lo seguimos haciendo. Aprendemos de los errores y nos apuntamos los aciertos para la próxima vez.
Y a fin de cuentas es así cómo funciona emprender también.
No te estoy diciendo que emprender vaya a ser fácil, sólo te digo que con la mentalidad adecuada cada vez que aparezca un obstáculo en tu camino, te será más sencillo afrontarlo, por que ya habrás dado el primer paso que es el más complicado de dar, confía en tu instinto y sigue tu corazón, si te equivocas siempre tendrás tiempo de dar un paso atrás.
Al final, lo más importante que te quiero transmitir es que: Si quieres, tú también puedes, simplemente empieza a trabajar en ello.
¿Te atreves a intentarlo? ¿Me lo cuentas?
Hola Esti! Llegué hasta aquí desde la Comunidad Intensional y me encantó, tu forma de escribir es muy cálida y directa, casi como estar charlando con una amiga de años… Como te habrás dado cuenta, la temática de este post calza justo con la propuesta de Paula y con lo que muchas de las que participamos allí estamos tratando de definir para nuestras vidas. Y sí, llevas total razón en que la peor traba que debemos enfrentar son nuestras propias creencias limitantes, esos «techos» mentales que nos ponemos (o que nos han puesto desde pequeños, da lo mismo) y que cuando miramos con admiración a alguien que «dio el salto» -sea que dejó un trabajo alienante, se mudó de país como tú, salió de una relación tóxica o simplemente bajó diez kilos- nos susurran malévolamente al oído: «Eso no es para ti, tú no vas a poder, eres demasiado… (vieja, miedosa, floja, débil, ignorante, y todos los etcéteras que quieras ponerle!)» Realmente me parece muy provechoso tu testimonio, desde ya gracias por compartir… Besitos desde Uruguay!
K.
Muy buenas Kassandra y bienvenida a tu casa ^_^ Tengo que decirte que me encanta cuando veo que llega gente nueva al blog y dejáis comentarios profundos. Me siento muy honrada y te agradezco de corazón tu opinión y que compartas estas lineas conmigo. Si te digo la verdad yo hasta hace 2 años y medio tenía más techos que casas, así te lo digo. Era vivir en un miedo constante que no me dejaba avanzar en nada y con este post buscaba compartir un poco esa experiencia personal de cambio profundo que llevo a cabo cada día y que estoy convencida todas podemos hacer para ser más felices ^_^ Un abrazo muy grande y de nuevo, gracias por pasarte.
Segundo comentario que te dejo hoy, pero es que no puedes llevar más razón! Nosotros acabamos de cambiar de vida, tb nos hemos cambiado de ciudad y aunque ahora yo estoy a punto de dar a luz y mi futuro laboral inmediato es incierto, sé que algo haré. Sé que encontraré la manera de hacer Cn mi vida algo provechoso y que me haga feliz. Es el cambio de mentalidad lo q nos hace falta en este país. Me encantas estibaliz. Un beso!
¡Hola Nuria! Me alegra que sientas lo mismo que yo, a veces es difícil encontrar a gente que entiendas esta sensación, el costumbrismo y el miedo es uno de los grandes problemas que tiene la sociedad española (a mi parecer). Los cambios pueden ser dificiles, pero seguro que te va genial en esta nueva aventura, ¡un abrazo muy grande!