Si os digo la verdad iba a llamar al post: «Emprendedoras perfeccionistas o cómo sabotearte a ti misma por querer dar el mejor producto o servicio del mundo» o «Bienvenida al club de las emprendedoras que no saben cuando parar y por las mañanas tienen ojeras de panda por pasarse la noche dando vueltas para mejorar aquello en lo que están trabajando» pero se me hacían largos, así que lo he reducido a:
Emprendedora perfeccionista: cómo combatir a tu saboteadora interior 😉
Me gustaría empezar haciendo una confesión: Lo admito, juzgo mucho y no lo puedo evitar.
Todos los días veo trabajos y digo: «madre mía… pero no sé cómo no te da vergüenza presentar eso», pero luego viene el cliente y resulta que le gusta lo que he creado para él.
¡Ah! pero qué pensabas que te hablaba de juzgar a otros… no, no… esto va del «self-destruction».
No te voy a negar que hago un escrutinio interesante al trabajo de los demás, pero sinceramente, la mayoría de las veces como una especie de análisis, reflexión y valoración de lo que esas otras personas han hecho. Me impresiona ver el trabajo de otros, el esfuerzo y la dedicación. En cambio, no siento que hacer ese sobre-esfuerzo yo misma sea nada meritorio, para mi eso es lo normal.
Mi perfeccionista interior me dice que ese nivel de esfuerzo es el que debo hacer cómo norma, que menos que eso no sería aceptable.
Recuerdo una conversación de hace tiempo (cuando aun vivían en la península), donde le contaba a una amiga japonesa que correos me había perdido el paquete que con tanto cariño ella me había preparado y enviado desde Osaka durante las vacaciones de visita a su familia… su respuesta fue: «¿sabes lo que os pasa en España? Que os han enseñado a vivir en la cultura del conformismo y no exigís que os den el servicio que habéis pagado, por eso correos pierde tantos paquetes. Si exigieras a los demás tanto como te exiges a ti misma en tu trabajo, ya verías como seríais más eficientes.»
Quiero pensar que mi amiga tenía una visión un poco sesgada de nuestro país, pero si que es cierto que me hizo reflexionar sobre cómo cambia la percepción sobre el trabajo y el esfuerzo dependiendo de quien lo realice… Parece que tenemos asumido que si correos nos pierde un paquete es «normal», por que esas cosas pasan, nos enfadamos por que alguien ha hecho su trabajo de forma mediocre y por eso nuestro paquete se ha perdido en algún punto entre España y Japón, pero ojo como tú no creer un producto o servicio perfecto, que lo vas a sufrir durante mucho tiempo.
El perfeccionismo está matando tus sueños
¿Suena dramático y exagerado verdad? Y qué pasaría si te digo que no lo es tanto…
Te voy a poner un caso real, no daré nombre, por que me toca de cerca y bastante será cuando esta persona lea este artículo, se dé por aludida y se pille un buen mosqueo conmigo…
Maria (nombre ficticio) es una mujer de mediana edad que lleva trabajando muchos años en la misma empresa y su trabajo la motiva cero, le encantaría dedicarse al mundo de las terapias naturales que son su pasión y de las que con los años ha ido acumulando títulos y experiencia no remunerada ya que se ha dedicado a ofrecer esos servicios a amigos, familiares, compañeros de trabajo, etc…
Hará más de 9 meses, en una conversación, le dije: «Maria, es el momento, abre un blog y empieza a escribir sobre todo esto que tanto te apasiona, empieza a ofrecer tus servicios, ¿no te gustaría por fin dedicarte a esto?»
Su respuesta en un primer momento fue muy positiva: «¡Qué buena idea! Sacaré mis libros y empezaré a pensar en cosas de las que puedo escribir»
A las pocas semanas le volvía a sacar el tema a ver cómo iba evolucionando la idea, su respuesta: «aun no he abierto el blog por que no encuentro los mejores temas a tratar, además hace tanto que no redacto textos largos que nada de lo que he empezado a escribir me gusta»
Esta sólo fue una de las muchas conversaciones que tuvimos durante los primeros meses, al final la idea terminó por enfriarse y aunque sé que si le vuelvo a preguntar me dirá: «sí, me pondré con ello en cuanto…»
Sé que no es verdad.
A Maria el perfeccionismo le está llevando a la procrastinación y esta a su vez, a que sus sueños no se vayan a cumplir nunca.
[ctt title=»El perfeccionismo está matando tus sueños» tweet=»El perfeccionismo está matando tus sueños http://ctt.ec/7qzN0+ via @esti_lop #emprender» coverup=»by2B1″]
Seamos realistas
Y asume que no le puedes gustar a todo el mundo y que no a todos les va a gustar tu producto, servicio o tú misma…
No puedes esperar que todo lo que hagas sea perfecto, que no sea perfecto no significa que estés creando algo de peor calidad, significa que estás trabajando en ello, significa que has pasado de querer hacer las cosas a hacerlas.
Un ejemplo son mis videos del curso Planificar para Ganar: ¿son perfecto? NO
¿se pueden mejorar? MUCHÍSIMO…
Entonces, ¿por qué he decidido lanzar el curso sabiendo que podría haberlo hecho mejor? Sencillo, por que entonces no lo hubiera lanzado nunca, hubiera estado buscando la perfección y seamos sinceras, lo más probable es que el momento de lanzar esos videos no hubiera llegado nunca.
Prefiero lanzar los videos, afrontar mi imperfección e ir avanzando en mi proyecto mientras aprendo a exponerme públicamente con mis virtudes y defectos, que procrastinar. Además ha ocurrido algo curioso, que según voy mandando los videos, voy dando algunos de los detalles de aquello que iba ocurriendo tras la cámara en ese momento y eso le da mayor profundidad al proceso.
Entendamos que la perfección es un concepto subjetivo
Como te decía al principio, a veces me pasa: que entrego trabajos que creo que con los podría haber dejado un poco mejor, que visito mi web y veo tantas cosas que quiero cambiar por que podría mejorarlas,… Pero eso no significa que haya gente que visite mi web y le parezca que está genial o que vea mis videos y me mande un mensaje diciendo «pareces toda una profesional».
La perfección es relativa, lo único que importa es que sigamos esforzándonos y no caigamos en la comodidad de lo mediocre.
[ctt title=»Prefiero lanzar los videos, afrontar mi imperfección e ir avanzando en mi proyecto, que procrastinar.» tweet=»Prefiero lanzar los videos, afrontar mi imperfección e ir avanzando en mi proyecto, que procrastinar. http://ctt.ec/7qzN0+ via @esti_lop» coverup=»7qzN0″]
Quiérete más
Tu producto o servicio es un trabajo que has hecho con mucho cariño, al que le has puesto el 100% de ti misma y eso se merece todo el respeto de los que te rodean pero sobre todo el tuyo propio.
¿Me cuentas cómo llevas lo del perfeccionismo?
Te espero en los comentarios, estoy deseando conocer tus experiencias.
¡Qué buen post! Yo lo llevo terrible, me siento tan identificada con cada palabra que has escrito. Hasta ahora que ando en un proyecto personal me doy cuenta que soy muy perfeccionista y esto me ha trae muchos enfados, siempre siento que todo tiene que mejorarse y lo hago y eso me esta costando mucho tiempo…. Saludos Esti ♥
¡Hola Wendy!Es terrible cómo le perfeccionismo nos frena ¿verdad? Mucho ánimo con ese proyecto personal y ya verás combatiéndolo poco a poco seguro que lo superas 😉 ¡un abrazo!
Amé tu post Esti. Esta es la escritora que podés ser. Solo dos palabra: vos podés.
Gracias 🙂
¡Hola Esti!
Qué identificada me he sentido… Son muchos los años que he estado trabajando desde esa perspectiva del «si no está perfecto, no es válido». El problema es que perfecto nunca va a estar, todo se puede mejorar siempre. Así que al final siempre terminaba por infravalorar mi trabajo y a mí misma.
Afortunadamente desde hace poco pasé por una experiencia que me enseñó que lo importante es hacerlo. Y en cuanto lo entendí y lo interioricé no he parado de crear. Ahora mi esfuerzo no se centra en la perfección sino en el desarrollo y satisfacción personal de crear cosas que puedan ayudar a otras personas. Porque sea perfecto o no, si está bien hecho logrará ese objetivo.
Un abrazo Esti!
Es tal cual como decis Nazaret! Perfecto nunca va a estar. Sobretodo porque muchas veces hasta que no lo hacemos no sabemos bien como van a ser las cosas.
Es sobre la acción que podemos mejorar. Pero además me parece que detrás del perfección hay un gran miedo, una gran inseguridad. A mi me pasa por ese lado por lo menos.
Y además, ¡la perfección es un juicio personal! Tal como lo hace notar Esti en este artículo. Lo que para vos sea perfecto puede no serlo para el otro.
Abrazos!
¡Hola Nazaret!
Como bien dices todo perfecto es imposible de tener, por eso tenemos que ir poco a poco y no dejarnos vencer por el miedo a la imperfección. ¡un beso!
Qué te voy a contar, si estuve trabajando en el blog casi año y medio antes de lanzarlo! en principio la fecha era Septiembre de 2015, pero como había posts que quería que estuvieran publicados nada más empezar (y aun no estaban) y no estaba del todo contenta con las paginas de suscripción, sobre mi, etc…pues dije para Enero y porque tenía un planificador que promocionar y ya me obligué, sino creo que todavía andaría «dando los últimos retoques»…
La verdad es que parece de risa, pero es para llorar, porque ¿sabes lo peor de todo? que esa perfección, hace que tardes más en conseguir sacar lo que quieres y soy consciente de que debo atreverme más sin exigirme tanto y no tener miedo de equivocarme, porque eso es vital para crecer.
Muchas gracias por este post tan sincero, aunque inconscientemente una lo sabe, hace falta leerlo de vez en cuando para reaccionar. Un abrazo compi!
Me ha encantado el comentario Raquel por que es exactamente lo que dices, yo soy una procrastinadora nata, sólo tardé 5 años en decidir cambiar mi vida, no nos confundamos, pero ahora la combato día a día, por que sino no hay manera de avanzar. Hace poco leí una frase en un artículo sobre contratación de personal en el que el reclutador reflexionaba: No contrates al que todo lo ha hecho perfecto, por que eso significa que no se ha exforzado demasiado, quien no ha fracaso nunca, no lo ha intentado lo suficiente.
¡Un abrazo!
Hola Esti!!
Ahora mismo estoy sufriendo ese momento de autosaboteadora. Llevo semanas con un post y, entre que he estado mala con mil achaques, y que soy una p***tera perfeccionista no termino de lanzarlo. En principio lo iba a sacar la semana pasada y, fíjate, es sábado y aún no lo he terminado: que si la infografía no me gusta, el título tampoco, la imagen de cabecera ni fú ni fá…. ¡dios bendito!
Hace poco una persona me dijo: Bea, no te exijas tanto. Y mi respuesta fue (en plan mujer despechada de telenovela, claro): Si no me exijo yo, quién lo va a hacer.
Pero una cosa es exigirte, tener afán de superación y, otra muy distinta, poner el listón tan alto que no eres capaz de sacar el trabajo por detalles absurdos. Porque, realmente, en la mayoría de los casos son detalles tan insignificantes que nadie se da cuenta.
Con el tiempo he aprendido a sobrellevar esa carga y tiendo a levantar el pie del acelerador, pero ya sabes lo que dice el refrán: «la cabra tira al monte», jejejeje!! y a veces me atrapo en un bucle como en el que estoy ahora.
En fin, voy a ver si me desatrapo.
Un post muy chulo y que me ha abierto los ojos. Un besazo guapetona!!!